2 Cor 13:14 La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.
Aunque hay sólo un Dios, Él existe en tres Personas: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.
Dios es uno, pero Él existe en tres diferentes Personas. A esto le llamamos la Trinidad, una contracción de “unidad de tres” lo que significa “tres en uno” La palabra Trinidad no aparece en la Biblia, pero la existencia de Dios como tres Personas en un Dios es clara en las Escrituras.
Evidencia en el Antiguo Testamento de la pluralidad de Dios se puede encontrar en el primer verso: “En el principio Dios…” (Gen 1:1) La palabra hebrea usada para “Dios” es Elohim, el cual es un sustantivo plural. Isaías 42:1 habla del Mesías: “He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones” El Mesías dice en Isaías 48:16 “…ahora me envió Jehová el Señor, y su Espíritu” El Nuevo Testamento es más explícito sobre la naturaleza trina de Dios. Después del bautismo de Jesús, el Espíritu de Dios descendió sobre Él como una paloma y el Padre dijo: “Este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia” (Mat 3:17) El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo están juntos en la misma escena.
Jesús dijo: “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad” (Juan 14:16-17) Pablo cierra 2 Corintios diciendo: “la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros” (2 Corintios 13:14) Pedro declara que los creyentes son “elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo” (1 Ped 1:2)
Así que Dios es uno, pero Dios es tres. Este es un misterio profundo que ninguna ilustración humana puede describir adecuadamente y ninguna explicación científica puede probar. La Trinidad es algo que tenemos que tomar por fe, porque Dios la ha enseñado en la Escritura.
Por John MacArthur